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jueves, 3 de marzo de 2011

UNA EPISTOLA POR LA UNIDAD de nuestra compañera Helen Umaña

Amigos de Palabra en llamas:
 
Totalmente de acuerdo con la nota con la cual ustedes presentan el artículo de Mario Gallardo. Básicamente, en él se advierte el deseo de prevenirnos contra los autoritarismos, nefastos en cualquier circunstancia, máxime tratándose de personas que, por la misma índole de su trabajo, están dedicadas a la reflexión y a la actitud crítica y dialógica.
 
Los artistas, los intelectuales (con las excepciones de rigor), tradicionalmente, a lo largo de la historia, han desempeñado un importante rol en los distintos movimientos sociales de carácter transformador. Por lo mismo, en las difíciles circunstancias por las cuales atraviesa el país, no podemos consumir energías en el ataque personal o en la descalificación de los grandes esfuerzos que muchos y muchas han realizado para fortalecer al FNRP.
 
Que la búsqueda de unidad (la gran consigna de la histórica asamblea del 26 de febrero) guíe nuestras búsquedas. Que se multipliquen los colectivos culturales (para contribuir a los 25 mil de la carta del presidente M. Z.) es una aspiración legítima y necesaria. Que no se vean como competencia de los ya existentes. En tanto se sumen a los grandes objetivos del FNRP, debemos brindarles la mano solidaria. Esa era la motivación de mi adhesión a la propuesta de S. Trigueros. En ningún momento, la intención de socavar lo que los buenos amigos y amigas de los distintos colectivos han realizado. Una acción de suma y no de resta. 
 
A todos y todas (sin excepción) mi cariño y reconocimiento a sus casi dos años de trabajo permanente. Guardo, como auténtico tesoro histórico y literario, poemas, canciones, fotografías, carteles, etc. Cada uno comprueba su incansable labor. Todos, realizados con esfuerzos y, muchas veces, bajo la sombra ominosa de la terrible represión que, a muchos y muchas, incluso, ha alcanzado bajo la forma de despidos laborales, gaseadas, capturas. Para no hablar de varios muertos contabilizados en nuestras filas. Por todo ello no podemos permitirnos el lujo de las discusiones estériles. Sí, de las propositivas. Las que alumbran el camino para un mejor trabajo. 
 
Un abrazo fraterno,
 
h.u.    

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