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martes, 1 de marzo de 2011

SE HACE CAMINO AL ANDAR


 (Cédula de identidad de Pedro Magdiel Salvador, mártir de la resistencia, asesinado por el régimen espurio con más de 43 puñaladas. No votará en las elecciones)
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Carta abierta a la Resistencia en Honduras

Camaradas hondureños: Está comprobado que no ir a elecciones y no participar del poder político, independientemente que se comparta o  no los criterios de legitimidad y legalidad, son contraproducentes.  Por ejemplo, el POLO de Colombia, que llamó a no participar en unas elecciones se ve hoy en problemas, o la oposición en Venezuela que tampoco participó en otras elecciones y perdió espacios.  Ambos entendieron que al enemigo hay que combatirlo en su terreno con sus mismas reglas porque eso lo desespera.

"Elecciones" son el manto con que las oligarquías encubren sus atropellos. Sí, son mecanismos burgueses, pero es lo que más les arde cuando ven a sus pueblos compitiéndoles de tú a tú.  Recuerden el caso de la Unión Patriótica en Colombia.
   
Hay sólo dos caminos para cambiar las cosas: O una revolución armada como en Cuba (y la que lleva las FARC-EP en Colombia) o pacífica como en Venezuela o la experiencia de Bolivia, Ecuador, Chile, cuando Allende.  Yo no veo nada de eso en Honduras, con todo el respeto. Se van a quedar todo el resto de la vida protestando mientras por eliminación de líderes los van exterminando.  Con mucho afecto les digo que LA RESISTENCIA más bien parece una gran cistítis (como la que viven los ciudadanos de Estados Unidos).  Ni sueltan todo lo que tienen y pueden, ni tampoco cambian la rutina.  Y eso cansa al pueblo (como está cansando al pueblo colombiano la guerra).  Ustedes tienen que atreverse y sacar sus propios candidatos. Convoquen observadores internacionales y medios alternativos de prensa. Exijan a la servil ONU y OEA que sean imparciales y les garanticen sus conteo, papelito por papelito, de los votos y convocar a vigilantes y medios alternativos.  Pónganlos en evidencia, contra la pared. Que no se puedan negar ni decir nada porque todo el mundo estará observando.

Ustedes son el pueblo y tienen mucho qué ganar. Continuando con esta CISTITIS, no van a conseguir sino quedarse solos, sea por sustracción de materia (eliminación física o encarcelamiento), o sea por cansancio, como ya leo en algunos mensajes que me llegan.
 
Repito: Ustedes son el pueblo y, como dice un mural en el barrio 23 de Enero en Venezuela, "no hay pueblo vencido".

Con afecto revolucionario,

Juan Carlos Vallejo

Respuesta a la carta abierta del compañero Juan Carlos Vallejo

Estimado camarada Vallejo:

He leído su Carta Abierta y me ha impresionado su vivo interés por nuestra causa. Valoro en lo que cabe su buena intención de darnos recomendaciones sobre lo que usted piensa debería ser la política más apropiada para nuestra realidad. Pero no puedo ocultar mi desacuerdo con su propuesta. 

En el más sano espíritu de un dialogo entre compañeros, le hago llegar la siguientes consideraciones a su sugerencia.  
   
1.    ¿Es válido ir a elecciones bajo cualquier condición, sin importar la legitimidad y legalidad del régimen?

Usted dice que “está comprobado” que es imprudente no ir a elecciones “independientemente que se comparta los criterios de legitimidad y legalidad” de quien las convoca.

Definitivamente no estoy de acuerdo con una afirmación tan absoluta, compañero. Ciertamente, hay condiciones históricas que posibilitan y obligan al movimiento popular a aprovechar las aperturas políticas que se le presenten para “pelear con sus mismas reglas”, como dice usted, que la izquierda y las fuerzas progresista pueden aprovechar para agitar al  pueblo contra el sistema capitalista y su Estado y elevar su nivel de consciencia. Pero también es cierto que, en determinadas condiciones, lo contraproducente es asistir a procesos en los términos definidos por los opresores porque la sola participación produce el efecto político contrario al que se busca.

Veamos algunos ejemplos: El año 2009 el gobierno títere de los gringos en Afganistán convoco a elecciones bajo ocupación militar. Es claro que tenían el propósito de enmascarar la ocupación extranjera y darle un baño de “legitimidad” al gobierno títere  Si Usted fuera un revolucionario afgano ¿habría participado en esas elecciones o las habría denunciado? 

Le pongo dos ejemplos de Honduras: En el año 1965 la dictadura golpista de Oswaldo López Arellano convoco a elecciones bajo la bota militar; solo un sector del Partido Liberal se presento a blanquear al dictador, haciendo uno de los más escandalosos fraudes electorales del siglo XX  ¿Fue “contraproducente” que el movimiento popular las repudiara?

Recientemente el 29 de noviembre de 2009, bajo el gobierno espurio de Roberto Micheletti, que recién acababa de dar el Golpe de Estado (y por tanto era ilegal e ilegitimo) fuimos convocados a elecciones. La resistencia decidimos no participar en la farsa porque el país estaba militarizado y bajo Toque de Queda; las Fuerzas Armadas, que fueron la punta de lanza del Golpe, “custodiaba” las urnas basado en la actual Ley Electoral, junto a otros “custodios” nombrados por el TSE; por otro lado, los mismos que dieron el golpe de Estado dirigían el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte Suprema de Justicia, órganos donde se dirimen las controversias electorales; y los únicos observadores internacionales que había eran precisamente las organizaciones de ultra derecha latinoamericanas que apoyaron el Golpe pues ni la OEA ni la ONU ni el centro Carter tuvieron estomago de hacerlo. ¿Usted habría  hecho lo mismo que nosotros o no?  

Ahora veamos la situación actual. El régimen que surgió de ese proceso ilegitimo, desconocido por todo el mundo, ahora gobierna Honduras. Durante este régimen solo se han producido cambios cosméticos, pero ningún cambio de fondo.  Las Fuerzas Armadas, por ejemplo, están dirigidas por el mismo equipo que dio el Golpe (el actual Jefe del Estado Mayor Conjunto es señalado de haber supervisado el secuestro del Presidente Zelaya);  el TSE, la Fiscalía General, la Corte Suprema de “Justicia”, el Ministerio de Seguridad, etc. son los mismos; el Congreso Nacional está integrado en un 80% por diputados que apoyaron el Golpe; además la represión continua con tantos o más muertos que durante el mismo régimen de Micheletti y hay casi doscientos exiliados entre ellos el Coordinador General del FNRP, Manuel Zelaya.

¿Cree Usted, camarada, que en esas condiciones hay que correr a postularse para el proceso electoral que esta por convocar el gobierno ilegitimo e ilegal de la oligarquía, o que debemos plantear que existan mínimas condiciones para hacerlo?

Le doy otros datos: Una reciente encuesta política del ERIC y el IUDOP (UCA de EL Salvador, diciembre 2010) revelo que el TSE goza de confianza en el 11% de la población y los partidos políticos en un 7.2%. En cambio,  el 40.4% de los encuestados están “muy acuerdo” y el 15.7% “algo de acuerdo” de que se convoque una Asamblea Constituyente, haciendo un total de 56.1% . Gracias a esa tendencia, el FNRP consiguió en septiembre del año pasado más de Un Millón Trescientas mil firmas (cifra superior a lo que cualquier Presidente haya obtenido en elección alguna) demandando una Asamblea Constituyente.

¿No cree, compañero, que si la mayoría de la población no tiene confianza en los mecanismos electorales del régimen y en cambio se manifiesta a favor de una Constituyente, exigir esta sería lo correcto?

Pues bien, esta realidad fue la que la Asamblea tomo en cuenta para determinar que no hay condiciones para participar en este proceso electoral y que para hacerlo habría que tener algunas condiciones básicas como el retorno de nuestro Coordinador General y demás exiliados, la salida de los golpistas del TSE, el cambio de la legislación electoral y elecciones a una Asamblea Constituyente. ¿No le parece eso sensato?

2.    ¿Las Elecciones y la Vía Armada son las únicas opciones que existen?
Usted dice que “hay sólo dos caminos para cambiar las cosas: O una revolución armada como en Cuba (y la que lleva las FARC-EP en Colombia) o pacífica como en Venezuela o la experiencia de Bolivia, Ecuador, Chile, cuando Allende”.

La tesis de que solo hay dos vías, la electoral y la armada, es incorrecta porque no solo existen esas dos formas de lucha y es antidialéctica porque aparecen estas formas de lucha desligadas unas de otras. 

Aparte de la lucha electoral y de la lucha guerrillera, el abanico de opciones a disposición de la lucha popular es muy amplio: desde las manifestaciones pacificas, la desobediencia civil, los paros cívicos, la huelga de hambre, hasta sus formas más radicales como la Huelga General, los piquetes de autodefensa, y un largo etcétera. Todas son formas de lucha que podríamos categorizar como distintas formas de Movilización Popular.
 
Le informo que en Honduras la Movilización Popular ha sido la forma de lucha más utilizada por el Pueblo Hondureño y la que más éxitos le ha granjeado. Excepcionalmente ha utilizado la lucha electoral y la lucha guerrillera, con muy malos resultados. No falta quien diga que la movilización popular no es una forma de lucha política y que así no se llega al “poder”, creyendo que lo “político” se reduce a lo electoral y que el “poder” se reduce al gobierno, lo cual es un error. 

En Honduras muchas de esas movilizaciones populares son las responsables de los más importantes cambios socio políticos en el país. Solo voy a citarle dos ejemplos: 

El terremoto político que significo la Gran Huelga de 1954, provoco un gran cambio político en el país: hizo un tsunami organizativo social en el Pueblo que impidió el continuismo del “cariísmo sin Carias” encarnado en Julio Lozano Díaz. La juventud impactada por ese movimiento social le hizo la vida imposible al régimen de Díaz quien se impuso mediante un golpe de Estado técnico en 1954. Apenas duro dos años y las Fuerzas Armadas lo derroco abriendo una apertura política limitada llegando al gobierno el Presidente Villeda Morales que promulgo una serie de reformas (Código de Trabajo, Reforma Agraria) para calmar la movilización popular. 

Entre los años 1968 y 1971 una ola de movilizaciones campesinas y obreras llevan a la dictadura militar a convocar a elecciones. EL movimiento popular llamo a la abstención y el gobierno de Ramón ·Ernesto Cruz no pudo sostenerse en el poder ni dos años. Los militares tuvieron que intervenir de nuevo abriendo el periodo reformista de 1972-1975.

Puedo coincidir con usted en que con esas luchas el movimiento popular no llego al poder, pero usted debe reconocer que la historia de Honduras se ha escrito básicamente en las calles y no en las urnas ni en las montañas. Por tanto cualquier opción de poder político, PRIMERO tiene que hacerse PODER en la movilización popular.

Los ejemplos que pone de Chile, Bolivia, Ecuador y Venezuela, también reflejan esto. En Chile, Salvador Allende se venía postulando a la Presidencia desde 1958 pero fue gracias al ascenso del movimiento popular de fines de los años 60s que tuvo la oportunidad de llegar al Gobierno. Fue derrocado por haber confiado excesivamente en el “profesionalismo” de las Fuerzas Armadas chilenas (con Pinochet a la cabeza) en lugar de apoyarse en el Poder obrero de los llamados “Cordones Industriales” y en el movimiento comunal. Es un buen ejemplo de cómo un gobierno que no se apoya en el Poder “los de abajo” de nada le sirve haber llegado al Gobierno con votos.

En Venezuela, no se puede explicar la actual Revolución Bolivariana si no partimos del “Caracazo” (1989) que consistió en una insurrección popular generalizada y una huelga general que duro treinta días, la cual, si bien no logro derrocar en lo inmediato al régimen de Carlos Andrés Pérez, significo la muerte en vida de los partidos Acción Democrática y el COPEI así como una profunda división en las Fuerzas Armadas; crisis que ocho años después capitalizo Hugo Chávez alzándose con la victoria.

En Bolivia las condiciones que permitieron la llegada al gobierno del MAS no surgieron por generación espontánea el día de las elecciones o gracias a alguna virtud mágica del mecanismo electoral burgués; se forjaron en las enormes movilizaciones populares de la clase obrera, el sector indígena y del campesinado en la “Guerra del Agua” en el 2000, en la lucha antineoliberal que llevo a la renuncia de Hugo Banzer en 2001 y en la insurrección que derroco a Sánchez de Lozada en 2003. Solo así el MAS tuvo oportunidad de llegar al Gobierno en 2006 y tener el Poder de hacer cambios.

En Ecuador, desde el 2001 cayeron trece gobiernos uno tras otro, producto de poderosas insurrecciones indígenas y populares, que le permitieron al Movimiento Alianza País, de Rafael Correa, contar con una base social muy fuerte, sustento de su Poder actual.

Y así podemos analizar los triunfos de partidos y coaliciones populares y progresistas en otros países latinoamericanos (Brasil, Paraguay, Uruguay, etc.) y del mundo (Egipto, Túnez…). Estos éxitos se explican por una combinación extraordinaria de una crisis política de la clase dominante con una poderosa movilización popular, que en sus orígenes ni fue electoral ni fue guerrillera, sino una lucha de masas que comenzó siendo reivindicativa y que termino siendo política, demandando la caída de gobiernos y la instalación de regímenes democráticos. 

Por supuesto, en algunos países la movilización popular pacifica basto para derrocar gobiernos tiranos y abrir brechas democráticas; en otros, como fue el caso de Cuba, Nicaragua y El Salvador, se ha tenido que pasar a una etapa superior de lucha, de carácter militar. Así, cada realidad requiere el método de lucha adecuado a sus condiciones concretas. Por tanto, no se puede encasillar la lucha en solo dos métodos, como usted hace. Todas las formas de lucha se entrecruzan en la realidad y son validas, debiendo ser utilizadas creativamente.

Ahora bien, Usted debe estar claro en que no se puede comparar las condiciones históricas de Honduras a las de los países suramericanos. Como he mostrado, allá los procesos democráticos que dieron pie a los triunfos mencionados fueron el fruto de una apertura democrática forzada a punta de movilización popular, la cual volcó la relación de fuerza en la lucha de clases a favor del Pueblo. Eso dio lugar a que las clases oligárquicas no pudieran impedir esos triunfos rompiendo el orden constitucional. En Honduras, en cambio, tanto el proceso electoral de 2009 como el que se pretende montar para 2013 son mecanismos de legitimación de un Golpe de Estado fascistoide impuesto por regímenes que violentaron la Constitución política con la fuerza de las armas, volcando la correlación de fuerzas en contra del pueblo.

Eso no ha cambiado hasta la fecha. Por tanto, no se le puede exigir al Pueblo hondureño lo que pudo hacer el pueblo boliviano, ecuatoriano o venezolano. 

En ese sentido, el método correcto es que para juzgar lo que sucede en un país debe hacerse un análisis concreto, so pena de caer en interpretaciones idealistas y ahistoricas.

3.    Necesidad de profundizar la movilización
En lo que si voy a coincidir con usted, camarada, es en que la Resistencia no puede permanecer estancada en una movilización rutinaria de desgaste (la cistitis) porque puede dar  más de lo que está dando; sino que debe pasar a formas superiores de lucha para revertir esa correlación de fuerzas desfavorable. 

Lo malo es que su recomendación no es profundizar la movilización, sino que de la lucha de clases pasemos a la lucha de votos. Mi opinión es que antes que plantearnos cualquier tipo de lucha electoral, primero debemos profundizar la movilización popular más allá del punto en que se encuentra actualmente, para tener condiciones de un cambio real no cosmético. En las condiciones concretas de Honduras pasa por desarrollar una estrategia de lucha político social que mine las bases de este régimen oprobioso. Tenemos suficientes condiciones para ello. Este régimen esta derribando una a una nuestras conquistas sociales pero hasta ahora no le hemos respondido adecuadamente. Nuestro primer deber es concentrar toda nuestra fuerza en la lucha de clases. Luego la coyuntura irá dando la pauta para lo demás. No podemos hacer las cosas al revés, como sugiere usted. 

Eso también fue considerado en la Asamblea, y por eso determino que tan importante como  la lucha por la Constituyente es el relanzamiento de la lucha socio política a través de la movilización porque es ahí donde está el verdadero Poder. Para ello se convocara a un gran Encuentro Nacional de luchadores sociales para determinar esa estrategia de la cual hemos carecido hasta ahora. 

De ahí en adelante, no podemos predecir lo que sucederá, pero estoy seguro que será algo bueno. Tal vez surjan de esa lucha, las condiciones históricas para que caiga este régimen a punta de movilización, o que dé lugar a una verdadera apertura democrática que nos conduzca a aprovechar una coyuntura electoral (que no es la situación actual) Solo con ese manejo dialectico y estratégico la Resistencia llegara a gobernar Honduras.

Le reitero mi agradecimiento por su interés genuino por nuestra lucha. Ese es el tipo de colaboración que necesitamos de nuestros hermanos en el exterior.

Fraternalmente,

TOMAS ANDINO MENCIA

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