216 años de la muerte de Satuye y la nueva expulsión del pueblo garífuna del Banana Coast (Honduras).
El 14 de marzo de 1795 murió en la isla de San Vicente, combatiendo a los británicos el héroe del pueblo garífuna, Joseph Satuye; quien libró dos guerras en contra del imperalismo británico defendiendo el último baluarte del pueblo kalinagu en el Caribe.
Con la muerte de Satuye la lucha no cesó y nuestros antepasados continuaron combatiendo, a pesar de la superioridad por parte de los británicos en cuanto el número de tropas y pertrechos. Finalmente fuimos confinados en la isla de Baliceaux, donde gran parte de los cautivos fallecieron ante las cruentas condiciones del cautiverio.
Posteriormente nuestro pueblo fue deportado a la Isla de Roatán en el golfo de Honduras, terminando el grueso de la población en tierra firme, en la ciudad de Trujillo; siendo los vaivenes políticos de la Independencia de Honduras la causa de la posterior diáspora (diseminación) a lo largo de la costa del Caribe mesoamericano.
Desde el arribo de las compañías bananeras a Honduras se inicio un proceso de desterritorialización, que se recrudeció a partir de la década de los años 90 con la especulación de bienes raíces surgida alrededor de megaproyectos turísticos.
A pesar de haber existido procesos de una aparente titulación, y de estar prohibidas las ventas de tierras dentro del perímetro de los títulos comunitarios a foráneos; en las últimas décadas se han producido ventas sistemáticas de tierras promovidas por las municipalidades en complicidad de algunos afro descendientes.
Para el pueblo garífuna, territorio y cultura son ejes esenciales de nuestra cosmovisión, sin embargo el proceso de aculturización mezclado con una visión de falso desarrollo, ha servido de pretexto para asimilar la perdida territorial como un paso indispensable hacia la "modernidad".
Los barrios garífunas de Cristales y Río Negro en Trujillo han sido históricamente baluartes de nuestro pueblo. La conversión de Rio Negro a Banana Coast, emporio del rey del porno (el canadiense Randy Jurgenson) además de los hábitats funcionales de las comunidades de Santa Fe, San Antonio y Guadalupe, es una más de las acciones emprendidas para expulsar a los garífunas de Honduras o convertirnos en dóciles afro descendientes involucrados en algunos casos como peones.
El sábado pasado, el Sr. Pepe Lobo acompaño al rey del Porno en la apertura de la construcción del muelle de cruceros post panamax, el que posiblemente pasara a ser parte de la denominada republiqueta ciudad modelo. El SR. Lobo hizo entrega de la licencia ambiental de dicho muelle. Sin embargo se desconocen los estudios de batimetría de la Bahía de Trujillo y que fin tendrán los sedimentos que se dragaran del fondo de la bahía para lograr que el muelle sea funcional, teniendo en consideración el calado de los barcos post panamax.
Tomando en consideración los rumores que se vienen dando, además de la configuración de la Comisión Coordinadora para las Regiones Especiales de Desarrollo (CORED), el supuesto entre descentralizado, no es nada raro que los famosos 100 kms2 de la ciudad modelo, comiencen en la Bahía de Trujillo y cubren hasta el rio Sico.
Es interesante como la historia de la invasión a Honduras de Sam Zemurray y Manuel Bonilla se repite un siglo después, con los herederos del ideario nacionalista de Bonilla, haciendo entrega de la Bahía de Trujillo al Rey del Porno. Mientras tanto las comunidades garífunas van perdiendo el pequeño territorio que les fue otorgado por el Instituto Nacional Agrario (INA).
En el año 2009 la comunidad de Guadalupe interpuso una demanda ante la fiscalía de las Etnias, sobre las usurpaciones y ventas ilegales a nombre de testaferros al servicio del rey del Porno. Como de costumbre las denuncias quedaron sepultadas en el olvido, y por supuesto el agotamiento de los recurso jurídicos internos es un laberinto al servicio de los sátrapas cobijados bajo el rotulo de empresarios.
Nuestro pueblo reflexiona hoy una vez más sobre la muerte de Satuye y su gloriosa gesta en contra del imperialismo británico; mientras tanto contemplamos como el territorio que poseíamos en Honduras desde hace 214 años, se convierte en una piñata con la complicidad de las autoridades de turno, incluyendo la anuencia y silencio de los afro descendientes acomodados en las migajas del banquete del poder.
La Ceiba, Atlántida 14 de Marzo del 2011
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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