Entradas populares

jueves, 21 de abril de 2011

El hipopótamo

Regresamos con esta pieza de T.S. Eliot, propicia para estas fechas de pumpuneo de pechos y parlantes playeros.

La buena poesía sigue viva, entre la beatería de ojos muertos cargada en palanquín, por las calles coloniales del villorrio.
__________________________________


El hipopótamo
T.S. Eliot


El hipopótamo de la gran grupa
reposa sobre la panza en el fango.
Si bien parece muy sólido
es meramente carne y sangre.

La carne y la sangre son débiles y frágiles,
y susceptibles a ataques de nervios;
mientras la Verdadera Iglesia no caerá jamás
porque se yergue sobre una roca.

Los ligeros pasos del hipo pueden errar
al abarcar finalidades materiales,
mientras que la Verdadera Iglesia no debe incomodarse
para recoger sus dividendos.

El pótamo nunca puede alcanzar
el fruto del mango en el mango:
pero los frutos del granado y del duraznero
sacian a la Iglesia viniendo de ultramar.

En la época del acoplamiento la voz del hipo
revela roncas y extrañas inflexiones;
pero cada semana oímos a la Iglesia alegrarse
de ser una sola con Dios.

El día del hipopótamo transcurre
en el sueño; por la noche va a cazar.
Dios opera en forma misteriosa: La Iglesia
puede dormir y nutrirse al mismo tiempo.

Vi al pótamo echar a volar
ascendiendo desde las húmedas sabanas,
y coros de ángeles en torno a él cantando
la alabanza de Dios, en sonoras hosannas.

Será lavado con la sangre del Cordero
y será rodeado por brazos celestiales.
Lo podremos ver en medio de los santos
tocar un arpa de oro.

Quedará lavado y blanco como la nieve
besado por todas las vírgenes martirizadas,
mientras la Verdadera Iglesia permanecerá acá abajo
envuelta en las miasmas de la niebla antigua.


No hay comentarios:

Publicar un comentario