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domingo, 30 de enero de 2011

NO HAY NADA POR LO CUAL DISCULPARNOS, RIGOBERTO

Se entrega el Premio Hispanoamericano
“Estado de Necesidad”

El poeta cubano Luis Manuel Pérez Boitel, residente en Cuba, acreditó en su cuenta la oferta y lavado de 95,000 lempiras (5 mil dólares), premio en metálico (metal de bala y cuchillo) que la Alcaldía del golpista Ricardo Álvarez creó y anunció dentro de la estrategia para romper el aislamiento de Honduras a través de maquillajes culturales.

El próximo abril, Boitel viajará a la ciudad que vio nacer el primer Golpe de Estado del siglo XXI, para recibir de las manos ensangrentadas de Ricardo Álvarez y sus heraldos, el pomposo premio del olvido y de la indiferencia, pero sobre todo, el premio de la necesidad:

La necesidad del golpismo por lavar su mediocre rostro cultural

La necesidad de ocultar con juegos florales y coreografías intelectuales las muertes diarias que desataron con el golpe

La necesidad de callar los gritos de los torturados y acuchillados en el Aguán y en toda la Honduras humillada

La necesidad de sus promotores de ocultar que en Honduras no hay sistema jurídico para el pobre ni mucho menos acceso a la educación

La necesidad del golpismo de mostrarse capaces de ofrecer y tentar a los pobrecitos poetas con un premio opulento, arrogante y frígido, sin sustento moral.

Dirán en su descargo, los ilustres José María Quiroz, Rigoberto Paredes y Blanca Luz Pulido, que la poesía es un terreno fuera de este mundo y que tiene sus propias reglas allende a lo político. Que la poesía rebosa de optimismo y democracia. Que la poesía es poesía. Poesía. ¡Poesía, pobretones ignorantes!

Y sobre las agujereadas calles de Tegucigolpe, la fanfarria pasará con su enorme barriga de poeta de coctel. Y el mundo literario aplaudirá que un cubano de la Revolución haya servido a la perfección para limpiar la suciedad de los que hoy persiguen, encarcelan, desaparecen, amenazan y matan al pueblo en Resistencia.

¿Qué necesidad tiene un poeta de pasar a la historia como un cómplice de verdugos?
¿Qué necesidad tiene la poesía de sus nombres todo terreno?
¿Qué necesidad de ser un poeta de abril, de nenúfares y de muertos escondidos bajo la fina alfombra del reconocimiento?

¡Felicidades, participantes de la matanza!
¡Felicidades, participantes de la persecución!


¡Una mierda!


El olorcito perseguirá de por vida a todos los involucrados.

El Paradiso se llenó de mierda golpista y cadáveres nada exquisitos. Hiciste las del pato, Rigo.


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Editorial Divulgación


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