Salvador Capote
Uno de los pilares de la seguridad energética es la diversidad: no depender de uno sino del mayor número posible de proveedores o, en el caso de países exportadores, no depender de uno sino del mayor número posible de clientes. Este es el principal problema que debe resolver el gobierno de Canadá, decidido a diversificar su industria energética, para convertirse en superpotencia petrolera. El 97 % de sus exportaciones de petróleo tienen actualmente como destino a Estados Unidos.
Pero esta situación puede cambiar radicalmente con la construcción del oleoducto (Northern Gateway Pipeline), de 1,177 kilómetros, que conducirá el petróleo desde las arenas bituminosas* de Alberta hasta el Océano Pacífico. En Kitamaat Village, British Columbia, donde terminará el oleoducto, será construido un puerto con capacidad para el embarque de 525,000 barriles diarios a compradores asiáticos, principalmente China.
En los últimos dos años, China ha invertido más de 16 billones de dólares en la industria energética canadiense; Sinopec (Chinese Petrochemical Corporation) posee acciones en el oleoducto y, con toda seguridad, una vez construido éste, las inversiones chinas en Alberta se multiplicarán.
Esta entrada de China con pasos de gigante en la industria energética de Canadá, país fronterizo, aliado y suministrador de petróleo a Estados Unidos, es sólo la manifestación más reciente del colosal crecimiento de la industria del petróleo y, en general, de la economía del país asiático.
Petro China, subsidiaria de China National Petroleum Corporation (CNPC), la mayor de las compañías chinas, se transformó en empresa pública (IPO)** en abril del año 2000. Una década después, el valor de sus acciones había aumentado 70 veces y se había colocado en segundo lugar, superada sólo por la Exxon Mobil. Ese mismo año 2010, China sobrepasó a Japón y se convirtió en la segunda mayor economía del mundo.
China es actualmente el mayor productor y exportador mundial de acero. Doce años antes, su capacidad de generación eléctrica era apenas un tercio de la de Estados Unidos. Entre 2005 y 2010 duplicó su capacidad y es hoy superior a la de Estados Unidos. Unas 80 nuevas plantas nucleares están en construcción o en fase de diseño. La Presa de las Tres Gargantas, que comenzó a producir electricidad en 2003 tiene una capacidad instalada de generación hidroeléctrica equivalente a 20 plantas nucleares.
En 2009 China superó a Estados Unidos como el mayor mercado de automóviles del mundo. En 2010 se vendieron 11.5 millones de carros en Estados Unidos mientras que en China alcanzó la cifra de 17 millones. Se estima que en 2020 las ventas alcanzarán en China 30 millones.
Durante muchos años, la economía china ha crecido a un promedio del 10% anual. Del 2000 al 2010 su consumo de petróleo se duplicó y China pasó a ser el segundo mayor consumidor de petróleo, detrás de Estados Unidos. Se estima que alcanzará y sobrepasará a Estados Unidos en algún momento antes del 2020.
La presencia de China se hace sentir cada vez con mayor intensidad en la industria global del petróleo y del gas natural. Las compañías de petróleo chinas se muestran muy activas a todo lo largo y ancho de Africa y de América Latina. Ha suscrito importantes acuerdos con Rusia, Kazajstán, Turkmenistán y otros países de su entorno. Ha construido o financiado miles de kilómetros de oleoductos que refuerzan sus vínculos con países exportadores. Un préstamo de 25 billones de dólares a Rusia garantizó el suministro a través del oleoducto Siberia Oriental–Océano Pacífico. Por otra parte, en términos de energía total, China es autosuficiente en más de un 80 % pues posee grandes reservas de carbón mineral.
Mientras Estados Unidos se desgasta en guerras imperiales que no puede ganar y que destruyen su imagen, China construye, crece y extiende por todo el mundo lazos de cooperación. Es muy difícil competir con las compañías de petróleo chinas porque son híbridos entre compañías internacionales y compañías estatales; o sea, aunque persiguen, como internacionales, obtener dividendos para sus accionistas, otro de sus objetivos, como estatales, es garantizar para su país un suministro seguro y estable de combustible y, por tanto, sus acciones van dirigidas no tanto a obtener ganancias inmediatas como a satisfacer objetivos a más largo plazo.
Tanto China como Estados Unidos, o cualquier otro país, se benefician de un mercado del petróleo estable y seguro. Estados Unidos pretende lograr su seguridad energética mediante guerras e invadiendo países con el fin de controlar sus recursos petroleros. Pero la seguridad energética no puede ser privilegio de un solo país. Todos los países del mundo tienen derecho a ella y sólo hay dos caminos: o la cooperación a escala global o sangrientos conflictos interminables, el caos y, probablemente, el invierno nuclear.
*bituminosas es más correcto que alquitranadas, término que se utiliza con frecuencia, pues el alquitrán es un producto artificial.
**IPO: Initial Public Offering. La compañía se hace pública vendiendo parte de sus acciones.
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